lunes, 6 de mayo de 2013

El saber cuándo parar

¡Buenas a todos! De nuevo vuelvo a escribir, y esta vez sobre cómo saber cuando parar una situación. Muchas veces tenemos la necesidad de cambiar, de modificar una parte de nuestra vida para nuestro mejor beneficio. Otras veces queremos tener esa necesidad de cambiar nuestros hábitos porque así se nos requiere, tanto a nivel personal como a nivel laboral. A veces, aunque sepas que puedes servir para algo, te das cuenta que no puedes continuar con una situación que te está afectando personalmente; y es, por ello, que las personas cambien de ciudad, país, trabajo, carrera, etc...

     Desde un principio es mejor tener las cosas claras, saber para qué sirves y para qué no. Pero más importante es saber para qué existes, cuál es tu meta, y lo más importante, hacer todo lo posible para encontrar esa felicidad que tanto uno anhela. A veces, esa felicidad se encuentra en un ambiente, o se puede encontrar en tu vida laboral, o directamente esa felicidad se encuentra conociendo a la persona que es idónea y que, día a día, se gana a "pulso" el que seas feliz.

     Son cosas que uno ha de pensar, ingerir, aceptar y actuar. Actuaciones que nos hacen ser quienes realmente somos. No podemos dejar que la codicia o el miedo se apoderen de nuestros pensamientos. Muchas veces la vida (en términos generales) te enseña que no todo es tan fácil, que no todo se basa en tener a "mamá" a tu lado mientras te va guiando sobre el camino correcto como cuando uno es pequeño. Debemos de encontrar ese sitio, esa meta, esa finalidad a la que estamos predestinados en esta vida para encontrar esa felicidad.

     El mejor consejo que uno aquí presente puede ofrecer es que os comportéis tal y como realmente sois, que actuéis tal y como uno se sienta, y lo más importante, que esas actuaciones repercutan positivamente a uno mismo en su vida diaria. Si tienes que cambiar de trabajo, y tienes la necesidad de ello, ¡hazlo! Si encuentras a esa persona que sabes que te puede hacer feliz, ¡arriésgate! Duele más el saber qué hubiese pasado que lo que realmente pasó. 

Se despide con un pequeño anhelo,

Freinett

No hay comentarios:

Publicar un comentario