miércoles, 19 de junio de 2013

Tonterías por amor

Te encuentras ante una gran multitud de personas que acabas de conocer. Te sientes desconcertado, pero a la vez alegre porque estás pasando un buen rato entre copas y charlas amigables. Vas aprendiendo conocimientos, pensamientos y filosofías distintas entre dicha gente. Te adentras dentro de una multitud superior y comienzas a divertirte. Cuando ya es de madrugada, decides volver a casa.

     Es en ese momento cuando esa persona te para y te dice: "Haz algo por mí". Le miras desconcertado sin saber qué es lo que te va a pedir que hagas. Un cúmulo de pensamientos comienzan a indagar en tu mente, imaginándote cualquier cosa excepto la que en unos segundos vas a escuchar. Te paras y miras a sus ojos preguntándole que qué es lo que quiere. En cuanto menos te lo esperas, te ves subido a una máquina en la que sabes que lo vas a pasar mal. El vértigo te va a poder y tan sólo deseas que todo el recorrido acabe para poder retomar tierra firme. Te hallas sentado, intentando respirar profundamente para aliviar esos nervios que se encuentran en tu estómago y que te hace tener miedo. 

     De repente una calor externa sientes en tu mano derecha. Ahí es cuando miras y te das cuenta que esa persona te da la mano y te dice: "Todo irá bien. Estoy aquí. Te quiero". Piensas en que ha de llevar razón, de que estará ahí y de que lo que haces, por muy tontería que sea, lo haces por ella. La máquina comienza a moverse, vas escuchando gritos de emoción por todos los lados mientras tú cierras los ojos y deseas que todo acabe. Un cierto elevo sientes en tu cuerpo y te das cuenta de que estás visualizando toda una ciudad cargada de luces haciendo un recorrido uniforme. Emoción, vértigo, miedo a que todo se estropee. Tras tres minutos de luchar en contra de la gravedad en donde un mareo comienza a salir, ves que vas girando por tí mismo mientras que a su vez bajas y subes a una velocidad vertiginosa. 

     Todo termina. Pisas tierra firme. Sabes que nunca más harás tal cosa debido a tu temor y a tus emociones. Te bajas y es en ese momento cuando la miras y te dice: "Te quiero". Ahí sabes que, por muy tontería que sea, lo has hecho por amor.

Se despide con un pequeño anhelo,

Freinett

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