"Ojos que no ven, corazón que no siente" siempre ha sido un dicho que ha ido intercalándose en mi día a día. Muchas veces es mejor no conocer la verdad, se es mejor siendo ignorante que intentando ser el más listo y el que lo sabe todo sobre todo. En estos momentos es cuando aplico dicha ideología. Proceso de no saber, de ser ignorante, de no importarme lo que ocurra en un alrededor positivo o negativo. Un proceso de despreocupación y engaño que es preferible que sea reluciente antes que saber qué es lo que ocurre. Proceso en el que uno prefiere seguir "a lo suyo", sin mirar alrededor, sin importarle lo que le digan o lo que le esté ocurriendo.
Ego inconsciente que renace durante este tiempo. Ego que hace sentir a aquella persona viva y con ilusión. Ego en el que tarde o temprano tendrá que desaparecer de nuevo, pero que a día de hoy, ego sigue y ego seguirá. A partir de ahora ya no importa lo que le importa, lo que le gusta, lo que le molesta ver o no ver. No sabes nada, no sabes sus pasos y sus pensamientos. Esa ignorancia es la que te hace renacer, esa ignorancia es la que te hace seguir adelante, no importándote lo que le pueda ocurrir o lo que le está pasando.
Sé que tarde o temprano todo ello desaparecerá, pero es mejor disfrutar el momento antes que pensar en lo que podrá ocurrir. Seguir sembrando semillas para ver los frutos maduros en su debido momento. Tener paciencia, pero sobre todo, seguir siendo como soy sin tener que modificar ni un pequeño porcentaje de mi personalidad. Ignorancia plena es la que ahora arraigo, ignorancia que me hace vivir e ignorancia que me hace no importar lo que te ocurra.
Se despide con un pequeño anhelo,
Freinett
No hay comentarios:
Publicar un comentario